Este miércoles 13 de febrero se celebra, según la tradición cristiana, el miércoles de ceniza. Pero, ¿qué significa este símbolo? y ¿qué conlleva en la vida cotidiana?
Todos y todas recordamos desde pequeñitos que en la misa nos colocan una señal en la frente, una cruz de ceniza. Este símbolo representa humildad, reconocimiento de los errores y disposición para meditar sobre ellos y buscar una solución: es el signo que representa el inicio de la cuaresma.
Les dejamos con esta pequeña reflexión de partida, los invitamos a compartirla con otras personas y a comenzar este proceso de introspección personal.
Ciertamente, el miércoles de ceniza marca el inicio de los días de continua reflexión auto-crítica y de moderación, pero no se debe olvidar que el fundamento universal del ser humano es el amor.
Todos y todas recordamos desde pequeñitos que en la misa nos colocan una señal en la frente, una cruz de ceniza. Este símbolo representa humildad, reconocimiento de los errores y disposición para meditar sobre ellos y buscar una solución: es el signo que representa el inicio de la cuaresma.
Este tiempo es necesario para disminuir la marcha, caminar más lento y reflexionar sobre lo que ocurre en nuestra vida. Es un tiempo para cuestionarse si lo que se está haciendo es correspondiente con lo que se quiere ser o con lo que se cree que se está haciendo. Es un día marcado para iniciar el diálogo interno necesario en todos los días de la vida, pero que en otros momentos no tenemos la oportunidad de hacerlo con calma y dedicación.
La Cuaresma es el tiempo esencial para recordarnos que somos seres humanos, que cometemos errores... pero, que también podemos buscar soluciones, que podemos decidir diferente: dar en vez de solo esperar recibir, dialogar en vez de discutir, ayudar en vez de importunar, amar en vez de despreciar, ser humildes en vez de orgullosos y egoístas. El objetivo principal es buscar auto-evaluarnos, reconocer nuestras deficiencias y proponer acciones concretas para mejorar nuestra vida en el hogar, en el trabajo, en el instituto, etc. Lo más valioso de los errores es aprender de ellos y tener la oportunidad de verlos como parte del crecimiento y maduración personal para poder amar libremente.
En este mismo camino también se hace reflexión sobre la sociedad actual: ¿Es esta la sociedad más adecuada para el desarrollo humano?, ¿qué realidades son opresivas, limitan y por qué?, ¿cómo contribuimos diariamente a este tipo de sistemas excluyentes? y ¿qué podemos hacer para aportar a una sociedad más humana?. Reflexionar al nivel macro nos ayuda a comprender cómo nuestras acciones pueden afectar a otras personas y cómo todos repercutimos a escala social: nosotros/as decidimos si ese efecto es positivo o aporta a la espiral de violencia y desigualdad.
Les dejamos con esta pequeña reflexión de partida, los invitamos a compartirla con otras personas y a comenzar este proceso de introspección personal.
Ciertamente, el miércoles de ceniza marca el inicio de los días de continua reflexión auto-crítica y de moderación, pero no se debe olvidar que el fundamento universal del ser humano es el amor.
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